lunes, 28 de noviembre de 2011

ALCACHOFA


La alcachofera es una planta perenne que alcanza de 1,4 a 2 metros de altura, que vuelve a brotar de la cepa todos los años, pasado el invierno, si el frío no la heló. Echa un rosetón de hojas profundamente segmentadas aunque menos divididas que las del cardo y con pocas o ninguna espina. Las hojas tienen color verde claro en el haz y en el envés están cubiertas por unas fibrillas blanquecinas que le dan un aspecto pálido. Tanto el rabillo de la hoja como la vena principal tienen costillas longitudinales muy salientes.
Cuando la planta entallece echa un vástago más o menos alto, rollizo, pero también costilludo y asurcado con cada vez más escasa hojas. En lo alto de él, y en algunas ramas que surgen laterales traen unas cabezuelas muy gruesas, las alcachofas, cubiertas de numerosas brácteas coriáceas, en la base de las cuales está lo tierno y comestible. Al florecer, endurecen mucho las dichas brácteas y no se pueden aprovechar para comer, aunque no rematen en espinas como la de los cardos. (Wikipedia).
La alcachofa es una inflorescencia comestible de esta planta, que se da mucho en el el litoral Mediterráneo. Yo tengo la suerte de verlas todos los días de camino al trabajo, o con solo salir de casa, ya que el campo de enfrente esta lleno en esta época de año. Si no hace excesivo frío y llueve bastante ( este año tenemos las dos cosas, el año pasado se helaron todas) dan un producto sorprendente.


Y si, digo sorprendente por la calidad de este, pero también por sus posibilidades en la cocina. Aquí, en Murcia, hay poca gente que no disfrute cuando se come una alcachofa bien cocinada. Yo era bastante reacio a comer alcachofas cuando era mas pequeño, pero a raíz de empezar a cocinar descubrí su delicado e inconfundible sabor. Un guiso de arroz con habichuelas no es tal sin sus alcachofas, primero fritas y luego cocidas con el resto de ingredientes. Un arroz de verduras no es lo mismo sin el bacalao y las alcachofas, así como los ajos tiernos. Un hervido de verduras adquiere todo el sabor de este increíble producto de nuestra tierra. Pero si no les gusta la alcachofa de ninguna forma, les sugiero esto: córtenla en delgadas lonchas, enharínela y sumérjalas en abundante aceite de oliva muy caliente. Deje que se dore y escúrrala en papel. Un poco de sal y listas para tomar las mejores chips de verduras que se podrá comer. Con huevos fritos, jamón o solas. También le recomiendo las alcachofas en conserva con una buena anchoa del Cantábrico, un mar y tierra que hará las delicias de cualquier persona.
El sabor delicado de la alcachofa es incomparable, con excepción del tupinambu, un tubérculo también llamada alcachofa de Jerusalén por su sabor similar al de esta. 
Si no la habéis probado aun, hacedlo, no os defraudará.